La transición energética con justicia y desarrollo es un cambio en la forma en que obtenemos nuestra energía, que debemos de establecer de una manera que sea justa para todos.
Este cambio significa dejar de usar combustibles fósiles como la fuente más importante de energía para usar más energías limpias.
Ahora bien, la justicia y el desarrollo consisten en asegurar que nadie salga perjudicado en este proceso.
Hoy en nuestro país existe un gran número de personas que trabajan en industrias relacionadas con el petróleo, si cambiamos repentinamente a energías más limpias, estas personas podrían perder sus trabajos.
Una transición energética justa, significa encontrar nuevas oportunidades de trabajo para esas personas y ayudar a las comunidades que dependen de esas industrias para que no se vean afectadas negativamente.
Es justamente lo que vamos a hacer en mi gobierno. Vamos a construir una transición energética con justicia y desarrollo para todos los trabajadores de la empresa del Estado, como Pemex, pero también para sus proveedores y las comunidades que dependen de ella.
Esa ruta será planteada tomando en cuenta nuestras propias características. Los recursos que tenemos son abundantes. Tenemos petróleo, gas, sol, viento, geotermia, hidrógeno, así como la fuerza de las olas.
En mi gobierno, junto con los estados, los municipios, los sindicatos, la academia, la industria y la sociedad civil, trazaremos la ruta que cuide la salud de las personas y sus fuentes de trabajo.
Sé que tiene que haber seguridad energética, es decir, que nadie se quede sin energía en ningún momento. En este contexto, la salud de los mexicanos es mi prioridad. Por esa razón es la que considero que las refinerías de Madero y Cadereyta deben de tener sus operaciones de una forma responsable.
Acuérdense de Azcapotzalco, cuando se empezaron a morir los pajaritos aquí en la Ciudad de México, por los niveles de contaminación y eso hizo que la sociedad entendiera que lo que estaba respirando era una cosa ya tremenda, pero tuvimos que ver pajaritos muertos para iniciar con el proceso de desmantelamiento de la refinería de Azcapotzalco.
Que no les mienta el presidente. Nadie va a perder su empleo y las cadenas de proveeduría también se van a proteger. Pero tampoco permitiremos que la gente muera de cáncer por los niveles de azufre que emiten a la atmósfera de las zonas metropolitanas de Monterrey y Tampico.
Y aquí precisó, me queda claro que la refinería está del lado de Madero, pero en la zona metropolitana de Tampico y la Zona Metropolitana de Monterrey, porque Monterrey tiene muchos municipios que lo conforman.
Ninguna de estas plantas cuenta con los equipos necesarios para no producir combustóleo. Ahí está el problema. El problema es que estamos produciendo demasiado combustóleo por el tipo de petróleo que tenemos.
Y en el caso de Cadereyta, el problema con el azufre es criminal por la falta de mantenimiento. O sea, los equipos están fuera de operación y lo sabe el presidente y lo sabe Pemex.
A los niños y jóvenes de México les digo: esta decisión es por ustedes, especialmente a los que respiran el aire de Cadereyta y Ciudad Madero.
No se debe envenenar a México para refinar gasolinas. Estoy atenta a las preocupaciones de todos y por ello vamos a iniciar de inmediato un estudio que nos permita trazar la ruta de la transición energética justa para ambas regiones.
Hay soluciones probadas en el mundo para reconvertir plantas o sustituirlas por otras fuentes de energía y garantizar los derechos de los trabajadores y la salud de la población.
Al presidente no le importa que se muera la gente. Lo que quiere es meterse a la elección y debatir conmigo. Yo le pregunto al presidente ¿usted cree que las autoridades de Estados Unidos permitirían la operación de Deer Park con el veneno que sale de las chimeneas de las refinerías que usted maneja en México?
La respuesta es seguramente no, es más, si la Semarnat hiciera su trabajo, ya tendría clausuradas estas refinerías.
La otra respuesta que no me ha hecho el presidente es lo que pierde Pemex. Le pedí que hiciera públicos los datos de contaminantes, que por cierto, los miden justo a la salida de las chimeneas y no han sido publicados desde la pandemia.
Pemex pierde o ha perdido durante este sexenio 953 mil millones de pesos. En Pemex Transformación donde están las refinerías, 784 mil millones de pesos. En esta hora que vamos a estar aquí habrá perdido 19 millones de pesos en una hora. Imagínense lo que podríamos hacer en estos municipios con esos recursos.
El tipo de proyecto que va a sustituir esas operaciones será definido de manera conjunta con los involucrados. Yo les quiero invitar a pensar cómo podemos transformar Cadereyta y la zona metropolitana de Tampico- Madero si invertimos una parte de esos recursos en el desarrollo de estas regiones del noroeste del país.
El Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización Mundial del Trabajo calculan que se podrían generar en México más de 2 millones de empleos nuevos al año 2030 si se acelera la transición a energías limpias.
Que le quede claro a los trabajadores, simplemente vamos a modernizar la madera que vamos a producir la energía.
Yo quiero que una buena parte de esos trabajadores, yo quiero que una buena parte de esos trabajos se generen en Nuevo León y en Tamaulipas.
Vamos a establecer mesas de expertos en transición energética con justicia y desarrollo que nos permitan definir cuál es la mejor opción para todos, al tiempo que cuidamos la salud de los habitantes de Cadereyta y de Madero. Esto es lo que tengo que decir.
También quisiera aclarar que esta idea de la soberanía energética en gasolinas, pues está muy lejos de ser una realidad.
Primero, porque estamos importando mucha gasolina, más barata por cierto que la que producimos nosotros. Y segundo, porque la mayor parte del gas natural con la que generamos energía viene de los Estados Unidos: 70%.
Seguimos quemando gas, a ver si al rato pones el video Carmen de Quesqui, que como senadora puse o tuve de la cantidad de gas que se quema en lugar de utilizarlo en la transición energética, o sea, vamos a hacer un proyecto inteligente, integral, que le dé soluciones al país y no son ocurrencias.
Y bueno, creo que el presidente sale a contestar porque la ambientalista no la veo defendiendo refinerías. Ojalá, Claudia, ya tome control de la campaña y no solo el presidente.